sábado, 20 de agosto de 2016

Juan García Martín será operado de los ojos.

Poster. "Juan García Martín, preso comunista del PCE(r)".
Juan García, necesita operación láser de los ojos

Juan García Martín fue trasladado al hospital para ser atendido por fin por una oftalmóloga el pasado 18 de julio, en esta ocasión distinta a la anterior, que le ha dispensado un trato más acorde a una verdadera profesional de la medicina. Por las explicaciones que le ha dado, el problema que sufre en la vista es debido a que el soporte de la lente que le colocaron cuando lo operaron de cataratas no está en buenas condiciones y, según su dictamen, necesita que le apliquen láser para solucionarlo (algo que hace meses tenía que haberse hecho). Resumiendo, Juan está pendiente de otra salida al hospital para que le realicen esa pequeña intervención con láser.
Aunque los responsables de la política represiva contra los presos políticos no cejarán en su empeño de impedir que siga recibiendo los cuidados médicos necesarios es evidente que también en el caso de Juan es un logro que al fin hayan tenido que llevarlo al hospital, esto se lo debemos en gran parte a la campaña que se ha hecho mediante el envío de tarjetas o cartas exigiendo a la Dirección de aquella prisión que respeten el derecho a la atención médica. Se demuestra una vez más la importancia de manifestar de una manera u otra que no les saldrán gratis sus planes de exterminio con ninguno de los presos políticos que como en el caso de Juan, Manuel Martínez, Arango o Mª Jose Baños sufren graves enfermedades.”


Pegatina. "¡Amnistía! Impidamos un nuevo crimen de Estado. Libertad presos políticos gravemente enfermos". (y foto y caso de Manuel Arango). (en una farola)
Campaña por la libertad de Manuel Arango en Gijón:
Idem. (en una pared)
Sigue en Xixón la muestra de solidaridad y denuncia de la situación del preso político del PCE(r) gravemente enfermo Manuel Arango. Nueva pegatinada masiva.
Idem. (en una puerta aluminio)
Idem. (en una pared)
Idem. (en una columna)
Idem. (en una pared aluminio)

Foto. Mª del Carmen Verdú, de CORREPI.
Argentina:
La policía dirige y protagoniza el crimen organizado”
Preguntas a María del Carmen Verdú, abogada y referente de la coordinadora contra la represión policial e institucional (CORREPI)

Revista Sudestada, Edición Especial, núm. 143, julio-agosto de 2016
http://www.revistasudestada.com.ar/articulo/1501/la-policia-dirige-y-protagoniza-el-crimen-organizado/



1. ¿Qué fenómenos novedosos han surgido a la hora de analizar la violencia institucional?
Es necesaria una aclaración. Hoy preferimos no utilizar tanto, en nuestros espacios de militancia, la expresión "violencia institucional". Si bien hace treinta años resultaba gráfica para enfatizar prácticas represivas –como las torturas, el gatillo fácil y las detenciones arbitrarias–, lejos de ser hechos aislados, son parte de un conjunto más amplio de políticas de Estado. En los últimos años, el término ha sido apropiado y tergiversado en su contenido por los gobiernos, con un sentido sesgado, en el marco de iniciativas que proponen la falsa idea de que es posible corregir ciertos "vicios" estatales desde su propio interior. Para nosotros, la represión es parte de la naturaleza de cualquier gobierno que administre un Estado dividido en clases, por eso, hace algún tiempo, señalamos: "Si es institucional, no es violencia. Es represión".
Cada gobierno diseña sus políticas represivas y resuelve cuáles, cómo, por mano de quién y contra quién las va a aplicar, según las necesidades concretas en cada momento histórico y lugar. Un gobierno, por burgués que sea, que logre un alto nivel de consenso, no recurrirá a la represión explícita, a la coerción, al fomento de las prácticas más brutales del mismo modo que lo tendrá que hacer otro que se encuentre en un escenario con alta conflictividad, profundización de la lucha de clases, etc.
En los últimos años asistimos a nuevas etapas, y cada una se caracterizó por un ejercicio diferente de las potestades represoras del aparato estatal. El gobierno de Néstor Kirchner se abocó a la construcción de consenso, en búsqueda de cumplir la principal tarea a su cargo: la relegitimación de la gobernabilidad burguesa y sus instituciones. Por eso, en su primera etapa apostó a "no reprimir la protesta" y promovió iniciativas, como su explícita alianza con muchos organismos de Derechos Humanos históricos. Ello no impidió que, al amparo de la naturalización y la invisibilización, siguiera activa (y en franco crecimiento) la vertiente represiva dirigida al control y disciplinamiento social en los barrios, como lo muestran los índices de asesinatos policiales de la época.
Es manifiesto cómo, terminado el "viento de cola" que permitía neutralizar el descontento, en el marco de la crisis capitalista no sólo se multiplicaron esas formas represivas, hasta alcanzar la cifra de 3.700 asesinados con el gatillo fácil y en lugares de detención, sino que adquirió altos niveles la represión a los sectores organizados de la clase trabajadora, tanto a través de la herramienta judicial (criminalización de la protesta, con "logros" inéditos como la condena a perpetua de los trabajadores de Las Heras y más presos políticos en el conjunto de la gestión que cualquier otro gobierno post-dictadura) como la uniformada, complementada con grupos de choque oficiales (21 asesinados en movilizaciones, por ejemplo).
En la actualidad afrontamos un escenario aún más difícil, con un gobierno que se define con las palabras "ajuste y represión", que de entrada mostró sus cartas con medidas del Ejecutivo (declaración de emergencia nacional en seguridad, protocolo antipiquetes), del Legislativo (reformas represivas en códigos de faltas provinciales, en el código procesal penal nacional, etc.) y Judicial (fallos del TSJ de CABA y varios similares de provincias ampliando las facultades para detener personas arbitrariamente). Ni hablar del aumento de presupuesto para las fuerzas, el crecimiento de la militarización en los barrios, y las represiones sobre trabajadores organizados en todo el país.


2. ¿Cómo definirías el rol de la policía en el crimen organizado en los últimos diez años?
Con una sola frase: la policía (y el resto del aparato represivo estatal) dirige y protagoniza el crimen organizado, del mismo modo que explota el crimen del "chiquitaje". No hay forma de "crimen organizado" en la que, más temprano que tarde, no "salte el botón". No es una opinión, es un hecho...

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