domingo, 22 de febrero de 2015

Entrevista a Lucio García Blanco. Area Crítica primavera 1992.

Cartel. "Libertad presxs políticxs. Fueron ejemplo de lucha y compañerismo... Solidaridad de clase". (de unas fábricas sale un puño erguido)
Movimiento Obrero:

ENTREVISTA
Sacada de la revista Área Crítica, nº 42, mar-abr 1992

Con el militante del PCE(r) LUCIO GARCIA BLANCO:
«Hay que aislar al sistema»

El militante del PCE(r) Lucio García Blanco salió de la cárcel a finales de noviembre de 1991, donde se encontraba por «asociación ilícita» y después de que la Audiencia Nacional quisiera involucrarle a él y su Partido en actividades de «colaboración con banda armada». El propio Tribunal, en su sentencia, tuvo que reconocer que dicho Partido apoya la lucha armada revolucionaria pero que sus militantes, como tales, no la practican. La condena por «asociación ilícita» fue de seis meses de prisión. Lucio fue detenido el 12 de abril de 1990 en Oviedo por lo que ha pasado un año de más en la cárcel. En total, Lucio ha pasado unos 12 años en distintas cárceles. Tiempo que, no obstante, no le ha hecho perder el sentido del humor: «Me llamo Lucio García Blanco, tengo 41 años, soy nacido en Valladolid pero criado en Asturias, mecánico de profesión y... matador de toros».

-AREA CRITICA: Y además, según hemos sabido, enamorado del mar.
-Lucio: Sí, del «mar»... y del Engels.

-¡Jejeje!, está bien eso, buen humor, claro que tú has sido hombre de mundo...
-Hombre, dicho así suena frívolo, pero sí, yo estuve haciendo la ruta del Che. Me fui con un par de amiguetes a Sudamérica y cruzamos desde Buenos Aires a Caracas hasta volver acá. Trabajábamos para sobrevivir, lo pasamos bastante apurado, pero fue bonito en la medida en que convivimos con los pueblos conociendo sus costumbres, su cultura y también sus problemas.

-¿Tienes tentaciones de volver por esos países a ver cómo florecen las revoluciones?
-Lo que creo es que eso hay que planteárselo aquí donde estarnos. Pero, yo que he visto como viven esos pueblos, me gustaría decir, si se me permite, que el sistema de Cuba supone un salto muy importante en relación a esos pueblos. A Cuba hay que mirarla desde la perspectiva de aquel entorno y no tanto desde la nuestra. En estos momento en que se habla de crisis del socialismo y demás, es importante apoyar aquello.

-Bueno, vamos a ver, ¿tú desde cuando militas y en dónde?
-Mi militancia empieza en Galicia en 1976 en un ambiente político de lucha contra la Reforma política. Es allí que conozco al PCE(r) y comienza una historia que todavía está por finalizar. Allí sufrí mi primera condena por cortar un pino para una barricada... Seis años me cayeron.

-¿Seis años por cortar un pino?
-Bueno, por cortar un pino fueron tres años y por tener una botellina de ácido sulfúrico pues hacen el resto. Salí de la cárcel en el 84, y después de un año de militancia llevando la sección de Propaganda del Partido, volví a "caer" en Valencia. Aquí entraron los GEOS con 'fuegos artificiales" en mi casa a las tres de la noche pegando petardazos y al grito de ¡armas, armas!, entonces yo les llevo a la cocina donde tenía el mortero de machacar los ajos (risas) y, bueno, se desilusionaron mucho al no encontrar otro tipo de armas. Para condenarme llegaron a ser muy originales: por primera vez inventaron una cosa que se llama «intentar» colaborar con banda armada...

-¿«Intentar» colaborar...?
-Sí, en otras ocasiones me habían condenado por «colaboración», lo que ya en sí es un concepto muy ambiguo por el que meten a gente en el trullo por nada, y ahora por esto que te digo: entre nosotros, yo creo que lo han inventado exclusivamente para mí (risas).

-Volviendo a lo del pino, que me tiene intrigado, ¿en qué contexto fue eso?
-Eso fue en un momento en que había unas luchas muy importantes contra la conversión de ASCON de Vigo en las que el PCE(r) se vincula a ellas impulsándolas con un estilo distinto frente a las centrales sindicales que tiraban la lucha hacia atrás. Lo del pino en concreto, te aclaro, era una barricada que hacía ese Partido en solidaridad con los presos políticos y en la que yo ni siquiera participé, pero como decían que era el responsable de todo lo que hacía el Partido en la zona, pues me lo achacaron todo. Esto fue a primeros de mayo del 78. Llegamos a montar comités de solidaridad con ASCON en toda Galicia y a plantear la necesidad a una huelga general a la que llamaba el PCE(r). Lo consideraron grave y nos detuvieron a unos 12 ó 14 y, a raíz de eso, estuve seis años en la cárcel.

-Al cabo de los cuales sales y estás un año fuera hasta caer detenido nuevamente en 1984 en Valencia. Tu actividad, comparándola con la de Vigo, ¿había variado o era del mismo tipo? ¿Qué haces en ese intervalo?
-Mi actividad ha estado siempre relacionada con el PCE(r) y, en ese sentido, mi militancia estaba orientada a difundir la idea del marxismo-leninismo general y el Programa Político de mi Partido en particular. No he hecho otra cosa en mi vida que reunirme con trabajadores intentado formar células del Partido y Círculos Obreros sindicales más amplios que llevaran la lucha sindical a unos niveles de independencia de las centrales oficiales y de su ligazón con el Gobierno y el Sistema, eso es todo.

-También has dicho que intentaste montar un aparato de propaganda, ¿no es cierto?
-Sí, me encargo de eso y de difundir el periódico del Partido que en aquel entonces se llamaba «Gaceta Roja», un periódico que se hacía en la clandestinidad. Nos detienen por eso y la condena en concreto se debe a que en un periódico que se estaba elaborando se iba a insertar una carta de los GRAPO donde esta organización explicaba el por qué de lo que llamaban" impuesto revolucionario". Una carta, por cierto, que había aparecido publicada por aquellas fechas en «Interviú», en «Cambio 16», en «Tiempo» y no sé si en algún otro medio más y, bueno, a ellos no les detienen por insertar eso, pero a mí sí, y a eso es a lo que llaman «colaboración en grado de intención». Lo de «intención» se debía a que ni siquiera salió la carta.

-Eso pasó en Valencia y otros cuatro años de cárcel en Soria. Sales, ¿y...?
-Salgo y me voy para Asturias donde monto con otra gente la Asamblea de Parados en Avilés que cobra un auge importante durante una temporada y, posteriormente, desarrollo una labor en general de lucha antirrepresiva a favor de los presos políticos.

-Eso, ¿en la legalidad?
-Sí, sí, eso en la legalidad, pero no duró mucho. En la medida en la que me sigo sintiendo acosado, y testigo de ello son los trabajadores de Naval que tenían una emisora para cuando hacían manifestaciones y donde podía oírse a la policía cómo, refiriéndose a mí, decían: «seguir al pollo de Avilés, que va por aquí, que va por allá...», siempre así, entonces, digo, llega un momento en que no me dejan hacer una actividad mínima y paso de nuevo a militar en el Partido desde la clandestinidad en Asturias hasta que un (mal) día, mientras circulaba por el barrio antiguo de Oviedo, me para una furgoneta de la policía y me conducen a comisaría y comienzan de nuevo las torturas.

-¿Se sigue torturando?
-Bueno, yo hace año y medio que he pasado por comisaría y me han torturado y bastante durante los cinco días que estuve allí, golpes, "quirófano", etc. En la sentencia incluso se especificaba que yo había sido reconocido por el forense y que tenía hematomas de los pies a la cabeza. En la declaración ante el juez Garzón denuncio torturas y él me dijo que lo tramitara y tal pero hasta la fecha no sé nada de ello , o sea, las denuncias que se ponen no transcienden.

Foto de Lucio de la entrevista de 1992.
-En esta ocasión la sentencia también es un poco "particular", ¿no?
-Sí ,parece ser que ya "cantaba" mucho volver a condenarme por algo similar a lo anterior, ya no había pinos ni cosas raras, así que me condenaron por «asociación ilícita». Esto supone un "salto" en relación a las anteriores condenas que, en mi opinión, puede tener dos lecturas: por un lado, en plena ofensiva, contra los trabajadores, ellos necesitan tener a mano un tipo de acusación como ésa (como en los viejos tiempos) para condenar a la gente que ellos llaman «violentos» que responden a las reconversiones, etc., y por otro, puede hablarse de un pequeño triunfo pues hemos conseguido desenmascararlos al obligarles a condenarnos por nuestra actividad, que es una actividad política en un momento en que, según ellos, el comunismo ha fracasado y resulta que están condenando a comunistas aquí por «asociación ilícita», eso es significativo.

-Ya en Asturias, ¿estás al tanto de las últimas luchas y movidas?
-He procurado estar en contacto en todo momento con ellas y desde el principio del encierro de Barredo he estado yendo allí y participando en las barricadas y demás, hasta el punto de que, ¡hay que joderse!, me han vuelto a detener.

-¿Cómo es eso?
-Sí, bueno, a 100 metros del pozo Barredo, justamente el día que iban a salir los sindicalistas, pues iba yo con un minero pegando unos carteles por allí y vinieron unos policías muy enfadados que nos pusieron las pistolas en la cabeza y nos llevaron a comisaría donde nos retuvieron un día para pasar de allí al Juzgado de Mieres que nos dio la libertad provisional exigiendo que nos presentemos los días 1 y 15 de cada mes.

-Como militante del PCE(r), ¿tú ves algún tipo de alternativa o solución a ese intento de matar industrialmente Asturias?
-Tengo claro que la solución pasa por la lucha con una dirección determinada y, en ese sentido, es muy importante señalar los pasos que se han dado en la lucha de la minería tanto en el plano de la organización como en el plano político. En el primero, es de destacar que se ha dado de lado a las centrales sindicales y que se ha llevado adelante un tipo de lucha independiente y muy organizada, es decir, que la lucha se llevó al margen y en contra de las centrales durando más que la que ellos "promovieron", estructurándose, además, toda suerte de coordinadoras, plataformas y comisiones de delegados surgidas en las asambleas y con voz en ellas, con quien verdaderamente había que negociar. Esto ha sido un paso importante, aunque es verdad que eso va ha tardar en imponerse en la medida que la costumbre, los hábitos de la legalidad, etc., van a retardar un poco ese camino de lucha independiente. En Asturias, por otra parte, está la experiencia de los años 60, todo el mundo se acuerda de las Comisiones Obreras, y por ahí es por donde hay que ir...

-Te refieres al espíritu que hizo surgir las primeras Comisiones Obreras, no a las CC.OO. como sindicato, o...
-Sí, me refiero a esas Comisiones Obreras que no se basaban en carnés ni en contactos con las instituciones, sino que estaban en la clandestinidad y que surgían y resurgían a la luz con la lucha al margen de cualquier tipo de legalidad y demás. Eso es lo que está imponiendo la práctica. El problema es asumirlo de una vez por todas.

-Tú sabes que hay sindicatos y "sindicatos", que los hay institucionales y otros que son independientes pensando que con los primeros no hay perspectivas de tirar hacia adelante y han montado otros todos los que tratan de quedar al margen de presiones y controles, ¿cómo ves tú eso?
-Es cierto. En concreto aquí en Asturias hay un sindicato que surge a la izquierda de CC.OO. (por discrepancias con ella) con la intención de potenciar un sindicalismo independiente, más asambleario y tal, pero llega un momento en que las propias limitaciones de la legalidad pues, como decir, les hace contenerse, lo hemos visto en las luchas de Barredo por ejemplo, donde los trabajadores imponían un tipo de sindicalismo independiente muy por encima de cualquier sindicato legalizado, y, claro, incluso estos sindicatos aparentemente más izquierdistas, llega un momento en que tienen que autocontrolarse en la medida en que los trabajadores se toman en serio lo de ser independiente realmente en el sentido de que sean las Asambleas los portavoces de todo y donde se elijan los representantes y se adopte una lucha más radical, más politizada, y más consecuente, o sea, dar ala cabeza y no a los pies de sistema. Entonces, ¿qué pasa?, pues que estos sindicatos -más izquierdistas- se revuelven y se plantean si deben ser más moderados, si hay que dar una imagen más moderada o "civilizada", y eso porque, en palabras de ellos mismos, les «pueden cerrar el chiringuito» ,y es verdad, eso es así, o sea, llega un momento en que si sobrepasan los márgenes de la legalidad -que son bien cortos- pues en efecto les amenazan y los propios dirigentes saben que los pueden procesar y meter una pila de años de cárcel. Estás cogido: o te autocontrolas y controlas de paso a los currelas o si te pasas...

-Resumiendo, ¿hay futuro?
-Mi opinión es que el futuro está en plantearse el camino de la revolución, de un nuevo sistema. Las reconversiones no son algo casual, sino inherentes al sistema. Ésto no quiere decir que haya que plantearse la revolución para mañana mismo, claro está, pero si somos conscientes de eso y enfocamos las luchas hacia esas metas, hacia el aislamiento del sistema actual, pues iremos consiguiendo cosas concretas. En resumen, se trata un poco de ir en una dirección u otra, y en este sentido tomando la dirección de hacer huelgas dentro del orden institucional tipo 14-D o así, pues no se va a ir a ningún lado y la práctica lo ha demostrado. Ahora bien, si se toma la otra vía, la de ir en contra y al margen de las instituciones y las centrales politizando esa vía y ver que el problema no es conseguir un poco más de dinero o mantener el puesto de trabajo sino echar abajo a toda esta gente, entonces si hay futuro.

-Cuando hacemos esta entrevista, es Carnavales, ¿qué vas a hacer?
-¿Que qué voy a hacer? Pues divertirme para luego poder ir con energías a las luchas, pasarlo "dabuten" en los Carnavales de Avilés, que son los mejores, ahora estoy aquí con una charanga que...


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