domingo, 12 de octubre de 2014

Artículo de Arenas en Egin sobre la cuestión nacional.

Foto. Artículo en Egin de Arenas.
Documento histórico

En 1984, Manuel Pérez Martínez, Arenas, salía de la cárcel tras años de absoluto aislamiento. Varios medios combativos se hicieron eco de sus palabras en entrevistas y artículos. Le entrevistaron la mítica revista Punto y Hora, el periódico Combate y otras cabeceras. Asistió como invitado a actos políticos en Las Karreras, varios puntos de Andalucía y Madrid. La entrevista con el órgano de LCR salió publicada en julio de 1984. Coincidiendo, a los escasos días, debido a la persecución y falta total de libertad que sufría Arenas, pasa a la clandestinidad. A principios de noviembre, Egin publica una opinión de un militante del PCE (i) y abogado en que arremete contra Arenas. Un mes más tarde, desde la clandestinidad, Arenas escribe una colaboración para Egin, destapando a quien insultaba no esperando respuesta.

Diario Egin. 5 diciembre 1984
Opinión. Colaboración

Comunistas y cuestión nacional

RESPUESTA A M. VALVERDE

El n° de Egin correspondiente al 6-11-84, inserta un comentario de M. Valverde, bajo el título "Los comunistas y la cuestión nacional vasca", sobre el que me siento obligado a hacer algunas precisiones.
El comentario en cuestión se refiere de manera explícita y muy directa a unas declaraciones hechas por mí a COMBATE (órgano de la Liga Comunista Revolucionaria), y me atribuye no sé qué aviesas intenciones o comunidad de intereses con la reacción española. No parece sino que el único objeto que persigue el señor M. Valverde no es otro sino ése: presentarme como "un chovinista castellano" más de la "izquierda española y españolista".
Pues bien, antes de nada responderé que no acostumbro a darme por aludido ante este tipo de acusaciones, por considerar que ellas descalifican por sí mismas a quienes las lanzan contra mí y contra mi Partido y porque, además, no me afectan en absoluto (los comunistas solemos tener la piel bien curtida). Pero cuando se me atribuyen, con pretensiones de ridiculización y de la manera más chabacana, ideas y actitudes tan disparatadas, tales como que "condeno" la lucha de liberación nacional de Euskadi, o que "insulto" al pueblo trabajador vasco, y estas afirmaciones se publican en un diario como Egin, entonces se hace obligado salir al paso.
Para comenzar quiero ratificarme en la declaración hecha a COMBATE, en el sentido de que la lucha nacional en Euskadi no tiene salida si no se enmarca de una manera consciente en la lucha por el derrocamiento del Estado fascista e imperialista español y en el proceso de la revolución socialista que se desarrolla en toda España. Creo que cualquier persona mínimamente seria y que no tenga la mente ofuscada por alguna teoría de moda, suscribirá, como marxista-leninista esta tesis que sostiene el PCE(r). ¿Se aproxima siquiera esa idea a la "longitud de onda" eurooportunista, a que alude el señor M. Valverde?. Verdaderamente, hay que estar ciego para no ver que el movimiento nacionalista burgués, no tiene ninguna salida; que la época de la burguesía (o de la revolución nacional burguesa) hace tiempo que ya pasó, y que si el nuevo movimiento nacional popular, esto es, revolucionario, de Euskadi quiere salir adelante (y qué duda cabe que lo hará más tarde o más temprano), si éste y los demás movimientos nacionales de España quieren hacer realidad sus legítimos derechos y aspiraciones, tendrán que apoyarse, antes que en ninguna otra clase o capa social, en el proletariado. Pero el proletariado es internacionalista, y en las condiciones concretas en que desarrolla su lucha en España (o en el Estado Español, como se prefiera) tiene necesidad de actuar conjuntamente, de formar un solo ejército para poder derrocar a la gran burguesía. Sólo esto permitirá a los pueblos de las distintas nacionalidades o naciones acceder al poder y disponer libremente de sus propios destinos: organizarse, darse el tipo de régimen social que desee y construir, si es ésa su determinación, un estado nacional separado. Los comunistas no nos oponemos a la independencia de Euskadi, de Cataluña o Galicia (y esto lo hemos explicado ya muchas veces); ahora, a lo que sí nos oponemos, es a que en nombre de la nación (de cualquier nación o de las fronteras establecidas sobre la base de la opresión de otros pueblos) se enturbie la conciencia de la clase obrera, se la divida y se la enfrente, ya que ésa es la manera que tiene la burguesía de entorpecer, en todas las épocas y países, el proceso revolucionario que habrá de llevar a todos los pueblos a la liberación.
De modo que esos "nacionalistas" que nos acusan y nos interpretan tan torcidamente hacen un mal servicio a la causa nacional, aunque en algunos casos su intención pueda ser otra muy distinta. M. Valverde afirma que "el camarada" Arenas "ignora olímpicamente la posición de principio de los marxistas-leninistas sobre la cuestión nacional en general", y para confirmar esa ignorancia supina del "c. Arenas", se refiere a la posición que adoptara Marx respecto a Irlanda y Polonia, sometidas ambas bajo el yugo del imperio británico y la Rusia zarista, respectivamente. Claro que hablando así, "en general", de la posición de principios del marxismo-leninismo en relación al problema nacional, se podrían decir muchas más cosas. Pero no queremos dar aquí lecciones de historia y menos aún de marxismo a nadie, ni siquiera al señor Valverde. No obstante,, queremos dejar bien sentado que la posición de Marx y Engels -y también la de Lenin y Stalin-, con relación al problema nacional fue siempre muy clara y no se presta a las burdas tergiversaciones que hace M. Valverde en su escrito. Marx siempre se opuso a la atomización (a la "balcanización") en pequeños estados de las naciones, y abogaba por la federación, por la unión, del mayor número posible de ellas sobre la base del derecho a la autodeterminación y a la más estricta igualdad en las relaciones entre los pueblos. Y esto por dos razones fundamentales: la primera por una razón económica, y la segunda, política. Apenas si hace falta añadir que Marx pensaba en el comunismo y en la defensa de la resolución frente al imperialismo y a la reacción, y no en el nacionalismo estrecho de los ideólogos pequeño-burgueses de su época. Y si abogaba por la independencia de Polonia o de Irlanda, no hace falta hacer un gran esfuerzo mental para comprender que lo hacía, precisamente, por aquellas mismas razones.
Foto. Carta de los presos de Soria al Movimiento Popular.
Se sabe, señor Valverde, que "independencia y socialismo" es el programa del independentismo abertzale. Pero no comparto su opinión en el sentido de que dicho programa sea "claro". Más bien me parece ambiguo, confuso. Usted, acusa una carencia de "dialéctica" en mi planteamiento de la cuestión social y nacional en España cuando me hace decir: "primero lo social y luego lo nacional". Indudablemente eso es algo que usted me atribuye gratuitamente para poder hacer demagogia barata y poder ocultar, de paso, su total ignorancia. "Primero" esto, y "luego" lo otro. ¿Cuándo, dónde he dicho yo tamaña tontería?. Lo social y lo nacional, en el ejemplo de Euskadi, no se pueden disociar sin caer en el mayor de los absurdos. Pero para mayor aclaración le diré, al señor Valverde que no se trata aquí de una contradicción dialéctica (donde cada uno de los aspectos que conformarían la unidad, se tendrían que transformar en su contrario), ya que se trata de dos cosas bien diferentes, aunque, como queda dicho, están estrechamente relacionadas.
Lo que sostengo es que el movimiento social y nacional, aquí, en España, forman dos tipos de contradicciones distintas de un mismo proceso revolucionario que conduce al socialismo. ¿Cuál de estas dos contradicciones es la principal?. Desde luego, caben dos interpretaciones. Para mí y para mi Partido, el PCE(r), no hay ninguna duda de que la contradicción principal es la de carácter social, a la cual está subordinada la otra, y no a la inversa. Y esto independientemente de que, en un momento dado, la lucha y el movimiento nacional puedan adquirir un gran desarrollo, y más aún si se tiene en cuenta que, en el caso de Euskadi, este desarrollo se debe, fundamentalmente, a la lucha armada de ETA. Nosotros siempre hemos apoyado, y seguiremos apoyando, a ETA con algo más que con palabras. De manera que no niego, en absoluto, el movimiento nacional en Euskadi (por no entrar en los "argumentos" demagógicos que utiliza el señor M. Valverde), lo que sí afirmo es que en Euskadi no sólo ha habido y hay actualmente lucha de tipo nacional, sino también, y principalmente, la lucha de la clase obrera contra la burguesía y la explotación capitalista, y que, al fin y a la postre, el movimiento nacional, si ha de reafirmarse y encontrar una salida, será sólo a condición de tomar muy en consideración esa otra realidad que desborda los marcos de cualquier planteamiento nacionalista. No hacerlo así, "no encuadrar el movimiento nacional en la perspectiva socialista", solo puede conducir a un atolladero político y teórico, a esa ambigüedad a que aludía anteriormente y de la que usted, señor Valverde, hace gala cuando afirma: "la cuestión nacional está al orden del día y se va extendiendo en los países europeos constituyendo la gran esperanza revolucionaria del momento y el nuevo punto de partida de la revolución proletaria". Así habla quien pretende que le tomemos en serio y que le consideremos, además, comunista.
"La cuestión nacional" es "el nuevo punto de partida de la revolución proletaria". ¿Dónde ha dejado el señor Valverde la famosa "posición del marxismo-leninismo"?. Los comunistas, señor Valverde, siempre hemos creído que el único punto de partida posible de la revolución proletaria es la lucha del proletariado contra la burguesía y el programa de la revolución socialista. Pero por lo visto, en los países europeos ya no queda más esperanza de revolución social que la que representa, según el señor Valverde, los movimientos nacionales. Por esta vía se podría llegar de nuevo, y muy fácilmente, al nacional-socialismo.
¿Acaso se puede prescindir de la verdadera posición de principios del marxismo-leninismo, de la posición clasista, y hacer tabla rasa de los rasgos fundamentales que caracteriza nuestra época; prescindir de la estrategia y la táctica del comunismo, echar por la borda al proletariado como principal fuerza motriz de la revolución, e ir a refugiarse en la concepción del nacionalismo más estrecho, en esa nueva "gran esperanza" (o tierra de promisión) a que se vienen acogiendo todos los descarriados y los tránsfugas del comunismo, y pretender todavía que se les considere como tales comunistas?.
Es muy cierto, señor Valverde: la lucha armada de por sí no hace revolucionaria a una organización. Y no digamos de una organización, como la que usted representa, (el PCE(i) o los restos de ese naufragio) que ni siquiera se aproxima a ella. Pero no esté tan seguro de que aquella idea que acaba de exponer supone "tener unos objetivos políticos claros de acuerdo con el análisis de la realidad y las aspiraciones más profundas del pueblo", porque con eso, a nadie, y menos aún a un comunista u obrero consciente va a lograr usted convencer.

M. Pérez (Arenas)
Secretario General del PCE(r)”


Texto de los presos políticos del PCE(r) y los GRAPO en la prisión de Soria.

En las cárceles entraba Egin, y en octubre de 1984, la Comuna de presos políticos en la cárcel de Soria, envío a medios populares una carta sobre este mismo asunto, aclarar lo que defiende el comunismo sobre la cuestión nacional y desenmascarar las manipulaciones de ciertos “entendidos”.
La titularon “Respuesta a un “revolucionario” de bufete” .
En ella, para introducir, denuncian: “el de turno ha tardado tres meses en lanzar su “dialéctica revolucionaria” contra nuestro Partido. Si fuésemos mal pensados, incluso se diría que esa tardanza es intencionada, pues hoy todo el mundo sabe que el camarada Arenas vuelva a luchar desde la clandestinidad tras 7 años de cárcel, pero ante un doctor en leyes uno no puede ser mal pensado”. Desarrollan luego la explicación del derecho de autodeterminación para el m-l y entran a clarificar los postulados del PCE(r) sobre estos temas contra las tergiversaciones “o de un perfecto ignorante de la realidad en que vivimos o, lo que es peor, un provocador consciente”.


Memoria del 12 y 14 de octubre. (el 13 en blanco)

Memoria Histórica Internacionalista
Acontecimientos del 12 y 14 de octubre

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