viernes, 30 de mayo de 2014

Colaboraciones: "Mi amor", y sobre la necesidad de la lucha por la amnistía.

Dibujo. (dos mujeres se abrazan entre barrotes)
Colaboraciones:
-MI AMOR
Mi amor es un soldado
que pelea.

Mi amor es una presa,
y pelo lacio.

Mi amor era Joseba, muriendo en la prisión,
de SIDA, en los ochenta.

Mi amor, el mazo y libertad que te golpea.
Mi amor estuvo aislada en una celda,
mi amor fue torturada, con violencia,
mi amor... flores de anís, caricias y sábanas al viento ceniciento.

¡Mi amor era ese Lorca que jalea!.
Camina por caminos malheridos,
galopa por senderos con espinas,
atraviesa por páramos y montes,
es dulce como miel de caramelo
y acecha como antídoto al veneno.

No tiene fin ni ciencia,
no tiene ni cordura,
no sigue a la paciencia,
ni sirve a la locura.

Mi amor es aquél arma, que te mata,
mi amor es el acero, que te hiere,
mi amor que me enamora, nace y mata,
y tú nunca lo matas... aunque quieres.

A Miren...
Ricardo Herat Likiniano.
 
Dibujo. (4 manos abren barrotes, 3 por fuera, una por dentro)
-Repasando hemeroteca, entre otras la vuestra, siempre, sin faltar un solo día, desde 1975 acá ha habido presxs políticxs en las cárceles de España. Desde la falsa amnistía de 1977, quedaron impunes para siempre miles de torturadores, fascistas, falangistas, pistoleros... pero quedaron presxs numerosos militantes de los GRAPO, anarquistas, de EPOCA...
Y a los pocos días volvieron a entrar los de las organizaciones revolucionarias sí “amnistiadas”... Luego fueron los partidos políticos que no tragaron la papilla farsodemocrática. Los obreros cañeros. Los periodistas sin mordaza. Los insumisos. Los jóvenes rebeldes. Los solidarios con los presos políticos. Sus abogados. Manifestantes... Y hasta ahora.
Pero los antagonistas políticos, los solidarios, los empáticos y los familiares y amigos no les olvidaron, y ahí han estado toditos los días (y va para 40 años) con ellos, a través de cartas, difundiendo su situación, llevándoles unos calcetines en el paquete o gastándose hasta el último céntimo en visitas a las cárceles, que a partir de la política de dispersión significó viajes hasta de 2.200 kilómetros para visitas de 40 minutos (o estando ya en la cárcel no dejarles entrar!!).
Durante muchos años, los presos políticos, sus situaciones, han estado ninguneados, insultados, tergiversados. Los que denunciaban su existencia (“no puede haber democracia con presos políticos”) han sufrido la travesía del desierto. Una quincena de muertos en manifestaciones proamnistía lo indica. Madres apaleadas brutalmente por la policía en concentraciones proamnistía hicieron que perdieran ya hasta el simple decoro de guerra. Y la veintena de familiares o amigos de presos políticos muertos por la política de dispersión, otro frío, pero espeluznante dato de lo que estamos hablando.
Y allí dentro, para qué hablar... Las palizas que han sufrido sin que ni un solo medio de información se hiciera eco. Las huelgas de hambre (que en España han costado la vida a dos revolucionarios) en que tuvimos que soportar a un sionista ministro diciendo que era ficticia. Las y los 30 presos políticos muertos en prisión convierten la “democracia en las cárceles españolas” en un simple titular-guiñapo.
La represión brutal se siguió dando, aplicando leyes fascistas como la antiterrorista, el plan ZEN, la patada en la puerta, la ley de partidos. Sumando muertos y nuevos presos... Y hasta ahora.
Detuvieron, torturaron y metieron presos a militantes revolucionarios armados. Y a militantes políticos. Y también a marineros, mineros, trabajadores de astilleros, insumisos, abortistas, hipotecados... Y ahora condenan a raperos comunistas y usuarios de internet.
Y además, el velo democrático tan teñido de sangre se fue desvelando. Y mucha más gente dejó de creer en sus mentiras.
Y se fue elevando, otra vez (desde la explosión de la transición farsa -apagada por la izquierda cómplice, el sindicalismo vende obreros y cierto nivel de confort para unos cientos de miles de aristócratas obreros durante unos poquitos años-), el nivel de conciencia del movimiento popular.
Y así, se han ido concatenando las luchas por las reivindicaciones populares con la lucha a favor de las libertades y la denuncia de la existencia ininterrumpida de presos políticos.
Ahora, hoy día, la consigna de amnistía llega -otra vez- cada vez a más lugares, a más ciudades, a más pueblos. Las denuncias a través de charlas, conciertos, carteles, pegatas, pintadas, pancartas o panfletos se ha instalado de forma firme en las movilizaciones populares. Da positivismo, “pilas”, ver como en la geografía estatal, ya son pocas las concentraciones, charlas, foros, conciertos de música alternativa... donde no se reivindique a los presos políticos.
La realidad ha impuesto una tozuda enseñanza. Tras 40 años de farsa, la consigna de la amnistía para las y los presos políticos es más presente y necesaria que nunca. A por ella pues.
Román.

Memoria Histórica 30 y 31 mayo.

Memoria Histórica Internacionalista
Acontecimientos 30 y 31 de mayo.

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